Los gobiernos deben crear líneas directas entre sus comandos cibernéticos, similares a aquellos usados con los comandos de combate nuclear, esto con el propósito de cooperación contra los ataques informáticos, así como establecer tratados para combatir las armas digitales, propone un experto en seguridad.
El experto en seguridad Bruce Schneier, quien escribió un artículo de opinión para Financial Times, destaca que claramente se desconocen los ataques cibernéticos y la falta de definición hace que sea difícil determinar con exactitud contra lo que se está luchando.
"Obviamente no es un acto de guerra, la intención es desarrollar armas digitales dirigidas a otro país. El uso de los ataques cibernéticos para espiar a otro país es una zona gris, la cual se hace más obscura conforme un país penetra las redes de información, sólo para ver si pueden hacerse. La intrusión a dichas redes,la apertura de una puerta trasera, o incluso dejar una bomba lógica detrás, para utilizarla más adelante, es un caso muy difícil, Estados Unidos y China están haciendo esto entre ellos ahora mismo".
Los conflictos en el campo de batalla digital son muy diferentes, en comparación con las guerras convencionales, no sólo porque las herramientas de guerra han cambiado, sino porque el ámbito del ciberespacio está en manos de un grupo más amplio de personas. Hasta hace poco, sólo los militares tenían las armas. Schneier escribió: "Hoy en día, cualquier persona con conocimientos suficientes en informática, puede tomar el asunto en sus propias manos".
Esto se convierte en un problema, cuando el origen de un ataque es desconocido. Por lo regular en un conflicto, una variedad de instituciones civiles y militares responden a esos ataques. En el ciberespacio, sin embargo, a menudo es poco claro quienes son los atacantes y cuál son sus motivos.
Scheiner comenta: "Cuando no se sabe, es fácil equivocarse y tomar represalias contra el objetivo equivocado, o por una razón equivocada". "Eso significa, que es fácil que las cosas se salgan de control. Así, mientras que es legítimo para las naciones construir las capacidades ofensivas y defensivas de una guerra cibernética, ahora también tenemos que pensar en lo que se puede hacer para limitar su riesgo".
Un primer paso sería una línea directa entre los comandos cibernéticos del mundo, para permitir comunicar a los gobiernos unos con otros en vez de adivinar de dónde vino el ataque.
Schneier escribe: “adicionalmente, los nuevos tratados de la guerra cibernética podrían establecer "una política de no-primer-uso", declarar ilegal las armas de un objetivo, o las armas de orden de autodestrucción al final de las hostilidades".
"Aún estamos a tiempo para revertir la actual carrera de las armas cibernéticas usadas actualmente. De lo contrario, es sólo cuestión de tiempo antes de que algo grave suceda, ya sea por las acciones precipitadas de un oficial militar de bajo nivel, o por un agente no estatal, incluso por accidente", sentenció.
Schneier predice: "Si el objetivo es reprimir a una nación, realmente podríamos encontrarnos en una guerra cibernética".
Fuente: The New New Internet PD/GC
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