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Chris Ogle, de Nueva Zelanda, estaba en Oklahoma aproximadamente hace un año cuando compró en una tienda de electrónicos usados un reproductor MP3 por el que pagó 9 dólares (18 dicen otras fuentes). Hace apenas unas semanas lo conectó a su computadora para bajar una canción, cuando descubrió 60 archivos confidenciales pertenecientes a militares de E.U.A.

“Cuanto más lo miraba, menos creía que debería verlo”, dijo Ogle con una sonrisa nerviosa en entrevista a la televisión neozelandesa.

Los archivos incluían datos de militares como: nombre, dirección, número de seguro social y números de celulares de soldados de E.U.A. También había lo que parecía ser información sobre misiones y la lista del equipo usado en Afganistán e Irak. La mayoría de los datos parecen ser del 2005 a la fecha.

La reportera neozelandesa que cubrió la nota, fue capaz de contactar a uno de los soldados, marcando uno de los números encontrados en los archivos. Sin embargo, al explicar el motivo de la llamada, el soldado colgó.

Oficiales del Pentágono, dijeron a CNN que sabían del reproductor MP3, pero no podían decir nada hasta que se confirmara que la información provenía del Departamento de Defensa de E.U.A.

“El gobierno no está haciendo un buen trabajo protegiendo la información que recolectan”, dijo Marc Rotenberg del Centro de Información Electrónica Privada ubicado en Washington.

A pesar del esfuerzo del gobierno por proteger información sensible, éste es un problema creciente, dijeron expertos en privacidad.

Hace dos años, el Departamento de Asuntos de Veteranos perdió la pista de una laptop con la información personal de millones de soldados. Y se han encontrado discos duros con información militar clasificada en mercados callejeros de Afganistán.

“Cuando puedes identificar personal de E.U.A., cuando tienes sus nombres, su dirección, sus números celulares, pones en riesgo a la gente”, dijo Rotenberg.

Lo bueno del asunto es que toda esa información calló en buenas manos. Ogle dijo a CNN que el reproductor está en un lugar seguro y que lo devolverá al ejército si se lo piden. Fue una suerte que no haya sido obtenida por alguna persona menos honrada. Sin embargo, no podemos saber si ya antes alguien haya visto ese reproductor y su información confidencial.