Ryan Ackroy admitió ser parte del grupo hacktivista Lulzsec, quienes habían atacado a diversas organizaciones y órganos gubernamentales del Reino Unido, entre ellas el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y la Agencia Contra el Crimen Organizado.

El hombre de 26 años se declaró culpable de uno de los cargos relacionado a actividades de hackeo realizadas como miembro del grupo conocido como Lulzsec.

Ryan Ackroyd debía ser juzgado por varios cargos relacionados con una cadena de ciberataques, sin embargo, el día de ayer, 9 de abril de 2013, se declaró culpable de realizar una acción no autorizada para perjudicar el correcto funcionamiento de un equipo de cómputo, dicha acción se encuentra penada en la Ley 1977 del Código Penal del Reino Unido.

Ackroyd no enfrentará juicio por los otros cargos relacionados con la operación de un ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS), los cuales serán archivados.

Ryan Ackroy y otras tres personas con cargos similares serán sentenciados el próximo mes. Mustafa Al-Bassam de 18 años de edad, del sur de Londres y Jake Davis de 20 años de edad, de Lerwick, capital de las Islas Shetland en Escocia, también se declararon culpables de participar en ciberataques y operaciones de hackeo.

En junio del año pasado, Ryan Cleary, de 21 años de edad, del condado de Essex se declaró culpable de seis cargos relacionados con actividades de hackeo, entre los cuales se incluían la intrusión en los sistemas de la fuerza aérea de Estados Unidos y en equipos del Pentágono.

Lulzsec surgió en mayo de 2011 como un subgrupo del colectivo hactivista Anonymous. El nombre proviene de Lulz Security, donde “Lulz” se deriva del popular término en Internet “lol” (laugh out loud).

Entre el historial de ataques realizados por los miembros de este grupo se encuentran ataques al sitio web de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), ataques a News International, propietarios del sitio web del diario inglés The Sun, en el cual se plantó una historia falsa sobre la muerte del dueño de ese periódico, Rupert Murdoch y varios ataques DDoS a diferentes sitios web para inhabilitarlos, entre otros.