La empresa de seguridad Mandiant publicó un informe donde dice que existe un vínculo entre la unidad militar de China (con sede en Shanghai Pudong) y una campaña de ciberespionaje a nivel internacional sin precedentes.

En el informe se afirma que descubrieron pruebas que relacionan la campaña de espionaje cibernético APT1 teniendo contacto con el ejército de China, bajo el nombre: Unidad 61398.

"Nuestro análisis nos llevó a la conclusión de que es probable que APT1 sea patrocinada por el gobierno y que sea uno de los actores de amenaza cibernética en China más persistentes” (Leer Reporte). "Creemos que APT1 es capaz de librar una campaña de ciberespionaje larga y extensa, debido a que cuenta con el apoyo del gobierno."

Mandiant añadió que su investigación de AP1 no está terminada, pero que la evidencia actual sugiere que el grupo de hackers podría haber robado cientos de terabytes de datos en más de 140 organizaciones de todo el mundo.

The New York Times identificó a la Unidad 61398 como “El equipo comentario”, un grupo de hackers de los Estados Unidos que se cree es responsable de los ataques a una serie de empresas con acceso a la infraestructura crítica del país.

APT1 es una de las 20 campañas cibernéticas que han sido rastreadas por Mandiant.

Al momento de la publicación, ni Estados Unidos ni la embajada de China en Londres respondieron a la solicitud de V3 para hacer comentarios sobre el reporte.

El informe es el último de una larga línea de acusaciones de piratería entre los chinos y los gobiernos de Estados Unidos. A principios de este año, The New York Times y el Wall Street Journal publicaron informes donde afirman haber sido víctimas de una serie de ataques cibernéticos maliciosos provenientes de China.  Las dos publicaciones acusan a los hackers chinos de generar ataques como "venganza" por una serie de artículos publicados sobre el primer ministro chino Wen Jiabao.

Hace tiempo, los políticos de Estados Unidos acusaron a las empresas de telecomunicaciones ZTE y Huawei de ayudar al gobierno chino a generar una serie de campañas de ciberespionaje. Huawei y ZTE alegaron que las acusaciones en su contra estaban diseñadas para detener a la competencia.