Los ciberataques son cada vez más efectivos en penetrar las defensas de seguridad, causando grandes trastornos y en ocasiones derribando a las organizaciones durante días enteros, según dice un nuevo estudio global de BT. 

La investigación revela que el 41 por ciento de las organizaciones a nivel mundial se vieron afectadas por ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) en el último año. Tres cuartas partes de estos (78 por ciento) fueron objetivos dos o más veces en el año. 

Los ataques DDoS son vistos como una preocupación clave en más de tres cuartas partes de las organizaciones de los Estados Unidos (78 por ciento), incluso más que en la media mundial (58 por ciento). 

El nuevo estudio explora las actitudes y los preparativos ante los ataques DDoS de los administradores de TI de medianas y grandes organizaciones a través de once países y regiones: Reino Unido, Francia, Alemania, EUA, España, Brasil, Medio Oriente, Hong Kong, Singapur, Sudáfrica y Australia y en una gama de sectores, incluyendo las finanzas, el comercio minorista y el sector público. 

Mientras la mayoría de las organizaciones de los Estados Unidos (72 por ciento) tiene un plan de respuesta ante un ataque DDoS, sólo una cuarta parte están convencidos de que tienen los recursos suficientes para contrarrestarlo (26 por ciento). 

Los ataques DDoS pueden causar grandes trastornos para las organizaciones, pueden acabar con el sitio web de una organización, agobiar a un centro de datos o en general hacer que las redes se detengan y se vuelvan inservibles. También para las organizaciones es cada vez más complejo y difícil defenderse. 

Casi seis de cada diez (59 por ciento) de los encuestados coinciden en que los ataques DDoS son cada vez más eficaces en la subversión de las medidas de seguridad de TI de su organización. Los atacantes a menudo han adoptando tácticas híbridas de ataque que implican ataques a través de múltiples plataformas o multivectores. Éstas han aumentado en dos quintas partes (41 por ciento) durante el último año. 

Ataques multivector suponen una mayor complejidad y el riesgo, ya que implican múltiples métodos de ataque desplegados simultáneamente. Estos a menudo requieren un equipo de mitigación dedicado para rastrear y combatir la amenaza a través de múltiples frentes, como los sistemas automatizados son menos propensos a ser capaces de ofrecer una protección adecuada.