"Por lo general, los ataques DDoS son lanzados para alentar el discurso público, por venganza, por extorsión o por chantaje, pero esas motivaciones están cambiando", dijo Stuart Scholly, presidente de Prolexic.

 

"Durante los últimos años, las campañas de ataque DDoS han planteado una amenaza significativa tanto para la industria de servicios financieros como para empresas que cotizan en la bolsa y que cuentan con plataformas de comercio. Como parte de nuestros análisis forenses de los ataques de DDoS, hemos descubierto una tendencia preocupante: muchos de estos ataques maliciosos parecen tener la intención de bajar el precio de las acciones o el valor de las divisas, incluso de impedir temporalmente que se lleven a cabo transacciones", añadió Scholly.

 

La imagen pública de una empresa global o de un servicio financiero está estrechamente relacionada con su presencia cibernética. Tomando a una empresa que cotiza en la bolsa o dejando fuera de línea una plataforma de comercio (y con la difusión de rumores que plantean dudas sobre su capacidad de hacer negocios en línea) los atacantes pueden crear apariencias falsas o engañosas. Ésta es una característica distintiva de la manipulación del mercado.

 

"Algunos grupos ciberterroristas específicos son responsables de la mayoría de estos ataques. Hasta ahora no han tenido éxito en la reducción de todo un mercado importante", explicó Scholly. "Pero los ataques DDoS se vuelven cada vez más grandes, más fuertes, más largos y más complejos, así que no podemos ser complacientes. Lo que es más, el riesgo va más allá de las interrupciones efectivas, los comentarios en las redes sociales y los medios de comunicación pueden amplificar el efecto percibido, las interrupciones y los daños causados por una campaña de ciberataques".