Tres adolescentes californianos de 16 años fueron arrestados al presumirse que irrumpieron el sistema de control escolar, robaron llaves y exámenes, instalaron keyloggers en las computadoras de los profesores, y usaron está información para cambiar sus calificaciones y las de otros estudiantes.

De acuerdo con Daily Breeze, estos tres jóvenes de la escuela secundaria Palos Verdes, comenzaron por ingresar en la víspera a las instalaciones del plantel, sustrayendo del locker de la oficina del conserje una llave maestra, la cual usaron en casi una veintena de ocasiones para acceder a varios salones.

Una vez dentro, insertaron hardware con capacidad de keylogger en las computadoras de los profesores, y violaron la seguridad de los escritorios para robar copias impresas de futuros exámenes.

Posteriormente, utilizaron las contraseñas registradas con los keyloggers para acceder al sistema de calificaciones en línea Edline desde su casa. y cambiar poco a poco las puntuaciones en sus pruebas con el fin de obtener mejores calificaciones.

"Los resultados no subieron mucho, pero sí lo suficiente para cambiar su calificación", comentó el sargento de la policía estatal de Palos Verdes, Steve Barber. "Ellos no querían que se hiciera evidente lo estaba pasando".

Al parecer, hicieron lo mismo con otros estudiantes. También habrían resuelto las pruebas que robaron, para después vender las respuestas a sus compañeros de clase.

El plan se descubrió cuando un estudiante informó a los administradores de la escuela sobre movimientos escolares, la investigación respectiva reveló que los autores habían hecho todo esto por meses.

De acuerdo con Nick Stephany, director de la escuela secundaria, los maestros no tienen la culpa de los problemas. "No fue un profesor negligente o una actitud perezosa lo que permitió a los estudiantes hacer esto. Llegaron en la oscuridad de la noche, y pusieron esas cosas en las computadoras de los docentes", comentó.

Se advirtió a maestros de otras escuelas que es necesario que cambien las contraseñas en las computadoras escolares, así como en todas las demás cuentas a las que hubieran accedido en esas máquinas.

La escuela también está en proceso de cambiar las cerraduras físicas, y aumentando la seguridad de red. Los maestros se encuentran comparando las calificaciones en línea contra los registros escritos a mano con el fin de descubrir quién de entre los 1,700 estudiantes podrían haber pagado para tener sus calificaciones y grados elevados.

Lo más triste de todo esto es que los alumnos en cuestión no tenían la necesidad de mayores calificaciones para ser aceptados en buenas universidades; de acuerdo con el director, estaban en las clases avanzadas y de honores.